Shiiaaaaa… Hace poquito acaba de meter las patas de nuevo (ver La Segunda), pues hoy, junto a Lavín, “su ministro”, invitó a un grupo de estudiantes a La Moneda (parece que para explicarles los anuncios que hizo ayer). El asunto es que una vez terminado el encuentro, su naturaleza, la misma que lo obliga a arrancarse con los tarros y a irse de lengua, de nuevo lo traicionó, puesto que justó en el momento que les mostraba el salón Montt – Varas a los estudiantes, se mandó la siguiente frasecita… “Ahí está el presidente Montt, y ahí su ministro que lo acompañó (parece que refiriéndose al retrato de Varas), que quiso ser presidente y no lo logró…”
¿Habrá reparado que a su lado estaba “su ministro” (Lavín), que dos veces quiso ser presidente y en ambas no lo logró? En el peor momento, que mejor manera de darle ánimo a su ministro.


Y a propósito de humor político y fuertes epítetos, un chistecito con posdata y moraleja…
Un chilenito lleva a un trinitense a conocer el puerto de Valparaiso, entonces, justo cuando caminaban por un costado del Congreso Nacional, se escucha desde dentro lo que parecía “la mansa mocha”… Analfabeto, Boludo, Careraja, Cachero, Corrupto, Dictador, Embustero, Estafador, Flaite, Gilipollas, Hijo de la Gran Puta, Imbécil, Julero, Kuliao, Maraco, Momio, Pendejo, Ratero, Sinverguenza, Timador, Usurero, Violador de Menores, Zorruo… Así, de puro curioso el trinitense le pregunta al chileno, ¿Tremenda pelea de honorables chilenito? Y el chilenito le responde, ¡Qué pelea ni que ocho cuartos, si están pasando lista agüeonao!


Pd. ¡Qué ingenuos son algunos trinitenses!