Siempre he creído que el ser humano es tal, no solo por su “aparente” superioridad cerebral, sino también por la manera de desarrollar y entender diferentes afectos.

En ese sentido y salvo algunas excepciones, la naturaleza a dado a todos los cachorros (incluido el ser humano), un padre y una madre… Yo creo que esto responde a los afectos polares, al blanco y al negro… Es decir, hombre y mujer se complementan.

Es cierto, cada uno con lo suyo, pero igualmente necesarios.