Hasta que llegó el día tan esperado del ataque a este formidable templo lleno de bellezas y musas inspiradoras. Yo tenía hora con una musa que nunca llegó así que invoqué a la diosa fortuna para que me fuera bien. Y la diosa fortuna sin duda que escuchó mis ruegos.
Llego al templo y me recibe una preciosa chiquilla con un delantalcito que dejaba al descubierto una tremendas y maravillosas piernas que de inmediato pusieron en alerta mi inquieta batuta. Estaba también Victoria, una delagada belleza que me inquietó aun mas. Ella me dice que solo está disponible Javiera, la musa de las tremendas piernas, que "mala suerte" digo para mis adentros y de inmediato presentí el gran momento que se venía

DATOS
Templo = Masajes VIP
Musa = Javiera
costo= ataque masivo
Ubicación= cerca del metro
Fono= 2641809
Recepción = de maravilla, con bibia incluida
Fecha= martes 8 de marzo

NOTA SERVICIO
Apariencia = 7
Contextura = de mina muuuyyy rica
Edad = veinti pocos
Estatura = 1.65
Cara = 6,5 bella
Voz = 6,5 dulce como la miel
Besos = en la mejilla
Figura= 7 para inmortalizarla en una pintura
Masaje = 6 bueno
Atención = 7
Ambiente = 7 de primera

Javiera con su dulce y melodiosa voz me invita a pasar a la ducha, lo cual acepto con mucho agrado. De vuelta en el box me tiendo de guatita y llega ella para comenzar un delicioso masaje que de inmediato me transportó al mundo de Morfeo. Sus manos suaves que recorrían mi maltrecho cuerpo se hacían sentir como la mas dulce melodia interpretada en un Stradivarius, yo estaba muy relajado. Hasta que el masaje comienza a transformarse en caricias y sus suaves manos pasan a convertirse en instrumentos de pasión, pues alcanzan mis zonas mas sensibles que hacen despertar a mi ya inquieta batuta. Ella se despoja de su indumentaria quedando en un sublime topless, me pide que me voltee y le quedo admirando sus preciosos y muy juveniles cántaros de vida y de pasión.
En esas condiciones imposible resistirse al llamado de la selva y comienzo a cariciarla y besarla por doquier, era como estar dirigiendo la 9a. sinfonía de Beethoven con la mas grandiosa orquesta sinfónica.
Yo me resistía a acabar el concierto pero como ya sentía que el final se aproximaba, le pedí que inerpretáramos juntos los últimos 69 compases de esta magnífica obra. Así que ella tan generosa como bella, quedó como nuestra madre Eva y mis labios degustaron todo el dulzor y encanto que esta musa tiene escondido solo para algunos afortunados.
Hasta que el clímax se hizo presente como en todo concierto y mi batuta explotó en sus maravillosas manos dejando un derroche de placer y lujuria.
Sin duda fue una experiencia para repetir muchas veces y para ella le dejo esta obra digna de su belleza "La Primavera", porque ella invoca el despertar de los sentidos y de la vida, tal como ocurre en esa bella época del año


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