Finalmente, tras sacarle una orilla a la devolución de impuestos (gracias, San SII, por favor concedido), pude juntarme con esta preciosura.
Es una mina ya treintona, que tapa algunas pifias de su cara con maquillaje, pero sigue siendo muy atractiva y de seguro en la calle nos daríamos vuelta a mirarle el buen zapallo y/o las lindas pechugas que tiene. Sobre esto último hay que decir que tiene un par de pechugas que deben estar entre las 5 más lindas que he probado. Al tacto se sienten muy firmes, quizás demasiado para ser naturales, pero por más que le busqué la cicatriz, no la encontré. Nada de nada. O el cirujano es el Ronaldinho del bisturí, o su genética es digna de una diosa griega.

En el dormitorio le gusta provocar, se desnuda delante tuyo buscando que te excites de puro mirarla y luego de quedar sólo en colaless, se refriega contra uno para que le chupes los pezones, que son como arvejitas cafés, pequeños y deliciosos y muy sensibles. Al bajar a chupar lo hace sin asco, bien mojado y hasta el fondo, con mucha lengua y al ritmo que uno le pida. Le gusta que le chupen ambos juegos de labios y alcanza el orgasmo con facilidad si uno sabe hacer la pega. Se monta bien, se mueve rico, te habla y gime perfectamente y se nota que le gusta la weaíta. En trocua es una vista digna de dioses y se mueve espectacular. En el misionero ayuda al bombeo y te sigue besando como si fueras su pololo recién llegado de un viaje de 6 meses.

Vale cada peso de la promo, aunque yo no creo que repita porque se me escapa del presupuesto estándar, aunque haciendo un esfuerzo y follando menos con chicas “normales”, uno podría hacer las lucas pa una visita mensual o quincenal que te dejaría más feliz que la cresta. Sólo ese par de melones y esa boquita comiéndose al socio chico hacen que el sacrificio no sea tanto. Tenerla con las piernas cerca de los hombros y penetrarla con ganas es una delicia. Simplemente, hay que ir a verla.

Adelante estudios.