Aquel morenazo estaba bastante rico, me encantó a penas lo ví. El tipo, de unos 30 años, alto y vestido en onda ejecutivo, con corbata y todo, no paraba de mirarme durante el baile. Si bien en ese tiempo ya llevaba 1 año y medio en el Night Club “Angeles”, su mirada de hombre me cohibió. Ese si que era un hombre, pensé, no esos pendejos que llegaban a tirar las manos y querian sacar culión gratis casi. O esos viejos mirones que llegaban justo a mirar los shows, se tomaban una cerveza y chao. Quizás en que empresa trabajaría. De seguro era jefe de alguna sección, con esa elegancia para beber whisky y fumar. Quien fuera cigarrito para que me fumara hasta la colilla , mijito jeje. De nada sirvieron los tres combinados que me mandaba siempre antes de mi show para quedar bien prendida. No podía dejar de mirarlo, con su barba tan bien afeitada y aquel porte de modelo. Casi me resbalo de tanto jotearlo, así que termino pronto el baile para ir a ofrecerle si quería compañía.

Me pego una duchita rápida y le pido el perfume a la Kiara, una copia de Chanel Nº 5 pero bastante rica, con la que según ella, siempre sacaba clientes. Me pongo los tacos más altos que tengo para verme más alta. No me gustaban pero el moreno lo ameritaba. No es que estuviera enamorada, pero si había que compartir con los hombres del local, que mejor que fuera un minazo no? Hacía tiempo que no compartía con un filete de primer corte, así que si me lo proponía, era capaz de irme gratis con ese bombom (naaaa, la plata es primero).

Entro al salón en dirección a mi objetivo y estaba la perra de la Jade sentada con el tipo. Argentina maracaconchasumadre. Así que me hago la weona y sigo de largo al bar. El Willy me sirve el combinado de siempre, con Sprite, jugo de limón y un hielo, suavecito para poder aguantar la noche. En eso se para la Jade y se dirige al bar. Quizás que trago le habrían invitado, pensé. Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando la argentina me dice que el moreno me invitaba un combinado a mí y que por favor lo acompañara. La dura que no me la creía. Muy pocos hombres rechazaban a la Jade, con ese culo respingón que se gastaba y esas siliconas de 350 gramos, esta weona era una de las más solicitadas del Night. Según las niñas, mas que por el forro que se gastaba, el acento de la mina era lo que encantaba a los clientes, porque a fin de cuentas, que chileno no fantaseaba con la rubia argentina, rica y caliente? Y esta maraca puta que calentaba a los weones, agarrándoles el paquete pa callao y todo.

Me tomo el combinado al seco mientras el Willy me sirve el otro, algo mas cargado. No faltaba el tipo que probaba el trago de las chicas, si la idea era embriagarnos, se supone. Miré por última vez a la argentina culiá y en su cara le sonreí, por perra, total, ella me la había hecho miles de veces. A esa altura los copetes ya estaban haciendo efecto así que me presenté con un beso en la boca frente al ejecutivo, esa onda. Conversamos como dos horas hasta que cerró el local. En ese lapso bebimos whisky, champaña y vodka, pero el mino un caballero, ni una sola corrida de mano, ni una sola palabra incorrecta, nada. En un momento pensé que el loco era gay, pero lo desmintió con una frase que aun recuerdo y que hizo que me mojara de una casi: “vámonos juntos, tengo 70 mil pesos que te quiero regalar”. Que me dijeron.

Nos fuimos en un taxy al motel más cercano, claro que dentro del auto el tipo ya había perdido toda caballerosidad, agarrándome las tetas y las piernas mientras nos besámonos con tuti. Si hasta el chofer iba sapeando por el espejo retrovisor aquella auténtica escena para adultos y casi chocamos jijijiji.

Llegamos a la pieza, con espejos por todos lados, jacuzzi, sillones grandes, ducha transparente y todo, pero nosotros directo a la cama. El mino me levanta la falda y me saca el colales mojadísimo que tenía. Abro las piernas para recibir aquella lengua ávida de mi conchita depilada, la cual me recorre enterita. Su barba me roza bien rico y logra sacarme los primeros gemidos. A través del espejo del techo veo lo bien que nos vemos tirando. Años que no sentía una lengua de macho en mi conchita, ya que no era algo que acostumbrara a hacer con los clientes. Pero ese mino estaba tan rico que entre la calentura y la curadera le permití todo. Luego fui yo la que empezó a chupetearlo a él, desde el cuello a las tetillas y sus pectorales musculosos, bajando hasta su abdomen planito y deteniéndome laaargos minutos en su pene paradito, incluyendo sus compañeritos jejejeje. Luego aplicamos un rico 69, él con besito negro y todo wow. Casi se me olvida ponerle el forrito, pero siempre lista saco el Lifestile de la cartera y se lo enfundo con la boca. Ya desnudos por completo me la mete en forma exquisita, a lo misionero, doggy, patitas al hombro, cucharita, etc. Lo que si me llama la atención es que el mino estaba tan prendido que me lanzaba frases bien groseras onda “dale perra”, “puta que estay rica, maraca” o “eso, eso camboyana rica”. Me imaginé que era la calentura, y como yo estaba pasándola tan rico no le dije nada. Total, que me pagaran por culiar y con un miño tan rico no era cosa de todos los días, me había comido unos especimenes... puff.

Ya llevábamos como hora y media, osea le había regalado media hora gratis, pero solo porque el gallo estaba muy rico, se movía bien y todo. En eso le digo que ya tenía que irme, igual ya eran las 7 de la mañana, y me lanza el ofrecimiento: dos horas más por 200 lucas, pero con todo. En ese momento las 200 lucas fueron como música para mis oidos, si yo tampoco me quería ir a fin de cuentas jejejje, y mi tarifa eran de 60 la hora, todo bien, pero en ese momento ese “con todo” se me fue y le dije que sí.

Ya lo había hecho acabar, asi que descansamos un ratito en la cama. El gallo pidió unos tragos por teléfono, total con todo el combate cuerpo a cuerpo a mi se me había ido todo el alcohol de la cabeza. Bebimos y seguimos en la cama un buen rato, conversando de la vida, mis sueños, su trabajo en un banco, etc, mientras nos hacíamos cariñito con besos y todo, casi como pololeando. En eso el morenazo me dice que vayamos por la segunda patita. Me dice que me ponga en cuatro porque quiere darme por el chico. Ahí si me asusté. Nunca lo había hecho por Detroit, lo había intentado con el papá de mi hijo y otros ex, pero nunca lo había entregado. El mino como que se me enoja, ya que ya me había pasado la plata, así que me hize a la idea y aperré nomás. Por suerte el loco no lo tenía muy grueso, y entre su estimulación con los dedos, su lenguita juguetona y harta saliva, pudo meterme la cabeza y la mitad de su niño, pero solo hasta ahí, haciéndolo acabar bien rápido por lo apretado de mi ojete. Me dolió harto la verdad, pero en fin ya había cumplido con el mino, llevándome para mi casa 260 mil pesos, dos orgasmos bien ricos y la experiencia de tener un pene dentro de mi cola.

Cuando le conté a la negra la tonta me retó, diciéndome que tenía que haberle contado al mino que era mi primera vez por detroit para que pagara mas y que de todas formas yo salí ganando, porque de ahora en adelante yo podía ofrecer dentro de mis servicios la gracia del sexo anal…jajajajaja la negra.