Ok un regalo, no se acostumbren ah?
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La llamada me pilló de sorpresa. Por unos minutos me senté en la taza del baño, al cual fui para alejarme de la ensordecedora música de tambores selváticos que llenaban el Night. Estaba actuando la Negra.

No se porqué contesté. Si bien la Alexa había sido mi amiga y quien me enseñó a moverme cuando entré a trabajar en los café con piernas, esta weona era muy loca. Por ella conocí la droga, los carretes full y por ella casi me vuelvo lesbiana. Aún podía recordar el sabor de su lengua y la delicadeza de sus dedos, pero eso fue un lapsus... creo. Nunca más volví a estar con una mujer, a pesar que muchas veces y medio curada encontrara bonita a la Sasha, casi como una reina, sobretodo cuando se vestía de Princesa Leia.

La Alexa se había separado, mejor dicho, la había pateado. Para variar su marido la había pillado con otro hombre. Pobre Gary, le aguantó tanto. Quizás sea verdad que el amor también se termina. Pensar que a esta weona una vez se le ocurrió que hicieramos un trío con su marido jajajaja weona loca¡¡

Asi que era cosa de días para tenerla golpeando mi puerta, llorando a moco tendido y con un pisco y algunos gramos de la Blanca en su bolso. Lo unico que tenía claro era que ni cagando me la llevaba a trabajar al Night. No quería mas problemas.



Al salir del baño estaba la Colorida discutiendo fuerte con un cliente. Creo que el tipo le había corrido mano, weón fresco, para eso estaba los privados. El Killer lo sacó cagando, no sin antes cobrarse lo de los tragos y dejarse una propina el muy vivo. A esa altura ya nos habíamos alejado con el Killer, quedando solo como compañeros de trabajo. Al final este weón se lanzaba a cualquier mina nueva que llegara al Night, lo cual pude comprobar cuando llegó una pendeja sureña. Simpática la niña, con su carita rosada. Tenía una chapa de Carmela que te la encargo. A la semana dicen que cooperó, claro que nunca más la volvimos a ver, porque a la mina no le gustó lo de bailar y hacer topples, así que se viró, no sin antes probar las bondades amatorias del guardia y robarle el celular, el plasma y hasta los zapatos a nuestro querido perro guardían, gracias a unos "secretitos del sur" que la huasita le había echado en los tragos. Las calladitas son las peores.