Jajajaj bueno ese era precisamente mi prejuicio respecto de los masajes pero un gurú de masajes que hace años pasó a la clandestinidad me explicó que se trata de otra dimensión de la sensualidad (yo diría de la calentura) Eso de media hora perdida en la camilla masajeándome la espalda hay que tomarlo con bebeficio de inventario, me ha pasado a veces que ni siquiera me han tocado la espalda jajajajajajaj
Pero es verdad es cosa de gustos.