Michelle Jadex me relaja y me devora
Ayer salí pateando la perra de la pega, agotado, más cansado que el sostén de la Perla... Y llamé a mi negra amada María Paz... Necesitaba son manitos milagrosas en mi espalda.
Pero MP estaba en casita, y ni corta ni perezosa me mandó a los brazos de Michelle.
Michelle me recibe con una sonrisa picarona y un beso de pololi tierna. Me encontró cansado, se lo confirmé mientras mis manos recorrían sus nalgas, y luego sacaban a la luz sus blancos pechos, que succioné ávidamente... Ni siquiera nos sacábamos la ropa todavía.
Ducha rápida, con agua bien caliente (como Michelle), y a la camilla.
Michelle me iba a masajear vestida, pero no la dejé... Le pedí que se sacara hasta los calcetines.
Me aplicó un masaje intenso sobre todos mis nudos en espalda y cuello, los cuales iban cediendo ante estas técnicas, mientras se formaba otro nudo en mi entrepierna. Me doy vuelta y comienzo a besarla como a una polola ardiente, mientras mis manos la recorrían entera y mis dedos la exploraban curiosamente.
Luego le aplico un oral que la hace reaccionar rápidamente, hasta que se estremece durante largos segundos, para luego pedirme la pausa después del clímax. Fue intenso el orgasmo de ella, producto de un tiempo de kino y rekino acumulados.
Luego ella me hace relajarme con un oral cariñoso, profundo, sin olvidar a mis sufridos compañeros.
Fue un largo jugueteo de amantes, hasta que exploto y quedo rendido por unos minutos, mientras Michelle recuperaba su aroma a castidad con una ducha.
Se pasó Michelle, una terapia precisa y cómplice para este guerrero cansado. Ayer le habría hecho una Michellita...
Gracias Michelle, lo necesitaba...
